Antonio Muñoz Molina nace en la ciudad de Úbeda el 10 de enero de 1956, en la buhardilla de una casa que sus padres alquilaron al casarse, “el cuarto de la viga”, como él mismo recuerda. Su madre era ama de casa y su padre trabajaba en la huerta y vendía hortalizas en el mercado de abastos de Úbeda, quizás de ahí, las referencias a las huertas de Mágina.
Este escritor realizó el bachillerato elemental en el colegio Salesiano “Santo Domingo Sabio” y el bachillerato superior en el Instituto de Enseñanzas Medias “San Juan de la Cruz”, ambos en Úbeda.
Tras concluir estos estudios se desplaza a Madrid a estudiar periodismo en la Universidad Complutense y convertirse en autor de obras de teatro de agitación política, pero no finaliza esta carrera y se marcha a Granada, donde culmina una licenciatura en Historia del Arte, aunque nunca descarta la idea de convertirse en periodista y escritor y con asiduidad publica artículos en diversos medios locales.
Permanece en Granada trabajando como funcionario de auxiliar administrativo en el Ayuntamiento, al tiempo que colabora como columnista en El Ideal y en el Diario de Granada y escribe sus primeros relatos. En 1985 publica su primera novela, Beatus Ille que logró el premio Ícaro, a la que siguen El invierno en Lisboa (1987), Premio de la Crítica y Premio Nacional de Literatura en 1988. Tras este éxito literario y editorial se traslada a Madrid y en 1991 le conceden el premio Planeta por El Jinete Polaco, volviendo a obtener el Nacional de Narrativa al año siguiente.
Ha ejercido la docencia como profesor invitado de literatura española en algunas universidades de Estados Unidos y en 1995 se convierte en el miembro más joven en ser elegido por la Real Academia Española (RAE) para ocupar el sillón u (u minúscula). También en 2004 es nombrado director del Instituto Cervantes de Nueva York, donde residía desde hacía algunos años y donde volverá con frecuencia en años sucesivos.
Entre los muchos reconocimientos que recibe, cabe destacar su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Jaén en 2007, y, especialmente, la obtención del Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2013.
La vinculación de Antonio Muñoz Molina con Jaén no es solo por el hecho de ser natural de Úbeda, sino porque utiliza Úbeda como recurso literario para encuadrar alguna de sus obras a modo de “maqueta de ciudad” a la que denomina “Mágina” y, aunque no se puede identificar exactamente con ella, mucho de los espacios, situaciones, experiencias y personajes coinciden con su Úbeda natal. El autor denomina a esta ciudad imaginaria “Mágina” en honor al macizo montañoso que, en su niñez y adolescencia, podía vislumbrar en el horizonte desde los miradores de Úbeda.
Según la profesora Irene Andrés-Suárez en “Ética y estética de Antonio Muñoz Molina” (1997), se perciben tres etapas bien definidas a lo largo de la trayectoria del autor. Una primera etapa donde sus novelas se nutren especialmente de música, literatura y películas; una segunda etapa donde se interna en su memoria personal y colectiva; y una tercera etapa más comprometida con la realidad circundante.
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